lunes, 13 de febrero de 2012

14 De Febrero

Este era un joven, que a sus 17 años no tenía el coraje para contarle a ella que la amaba, que aunque supiese que ella con indicios claros para quien lo consejera, y algo nublosos para el, no hacía nada, las dudas lo atormentaban, la pregunta en cuestión era cuando poder besarla. Quedaron en juntarse un día cualquiera, pero que en el calendario era conocido como San Valentín, día del amor y la amistad, el algo entusiasmado en el metro con rosas y un chocolate esperaba algo sudado, preguntándose una y otra vez, que debía decir, que debía omitir, las rosas y el chocolate en su mochila llevaba a escondidas, las que pretendía sacar al momento que se dieran un beso, y este no fuera en la mejilla. Mirando la hora unas dos veces por minuto, viendo parejas salir por todas partes de los vagones y esperando a quien con proyecciones y la imaginación de quien tiene todo un mundo por conocer, veía como su pareja y más hermosa mujer. Llego la hora acordada, y con una sonrisa el muchacho éste esperaba, la mujer con un pelo suelto, y bien arreglada, sale de la ultima puerta, con un tanto nerviosismo se le veía caminar, se da un último arreglo a la polera y mientras ella no veía él con los ojos llenos de emoción, junto a una mezcla de nerviosismo y felicidad, su corazón latía a un pulso que no recordaba jamás.
El joven se levanto a saludarla y junto se fueron a conversar, las horas pasaron y conversaciones de todo tipo estaban entre estos dos, unas sobre las parejas que juntos celaban en secreto a la más feliz pasar, otras sobre los amigos en común y la lamentable ruptura de quien era un amigo de ambos, la cual había salido como tema, porque juntos ya no hallaban de que hablar, mas horas pasaron y juntos entre unos cariñosos juegos de manos se decían todo sin hablar, en la mente de quien fuera el joven tímido, solo pasaba la idea de besarla ya, los chocolates un tanto derretidos y la rosa que con preocupación trataba él de no aplastar. El silencio mágico, que nos dice más de lo que debemos hablar o gesticular, presionaba a ellos a buscar una escusa para poder tocarse, entre juegos y sonrisas ambos solo querían besarse, nadie tomaba la iniciativa y nadie hacia insinuaciones sobre el tema, juntos mirando el pasar, el tiempo que poco a poco se les iba recortando un poco más, las parejas que sin preocupación pasaban a su lado, entre sonrisas y besos bien apretujados. No era quien si no el fantasma de la duda y la decepción que poco a poco aparecía, la vergüenza limitaba a quienes se querían, y el pensamiento del ridículo atormentaba cada aliento que tomaban para dar un paso al tan anhelado beso, juntos sonrieron a los vientos y secretos pensamientos les daban cada vez más peso, era esa angustiosa sensación de que todo se desploma como si acabara lo que nunca empezó, un pensamiento fugas de soledad en el apareció, y junto a eso la vista se nublo, '¿Qué te pasa?' ella pregunto, y junto a una sonrisa él respondió, 'nada, perdón'. 'en que piensas', continuo, 'en nada' dijo ella mientras la mirada esquivo, 'como en nada' insistió, unas sonrisas y 'en nada' asevero. El juego de quienes la vergüenza limito, estaban ambos terminando antes de empezar, ambos quienes por la vergüenza no harían nada más, alguien de ellos debía empezar, pero cuando los pensamientos de ridiculez son más fuertes que las ganas de amar, no hay mucho donde poder luchar. Entonces como todo 14 de febrero, vendedores quienes con sonrisas y flores llegan a sorprender el día, con una rosa y algún presente para poder llevar, le dice a éste si quiere comprar, '¿una rosa para su polola?', quien entre la vergüenza que los llamaran pololos y el tener que comprar algo para ella, callo, es cuando ella toma la iniciativa y le responde, 'No gracias'. Se callaron unos segundos, se soltaron las manos un instante y el exclamo, 'pensó que éramos pololos', 'y que pasaría si lo fuéramos'. La sangre fluyo a la cabeza, y la vergüenza no lo dejaba mirar, entonces ella dijo 'creo que la pasaríamos bien'. Era lo necesario, la timidez y el hielo se habían roto, y junto a eso, mil temas de conversación podían tocar, el azar del día de los enamorados le ayudo a intentar dar un paso más, y así dentro de los próximos minutos se podrán besar, el sacaría los chocolates que derretidos están, y la rosa que con suma delicadeza supo cuidar, sonrisas en ambos se verán, y juntos de las manos caminaran, el día de los enamorados para ellos tendrá un sabor especial, porque fuera de que es un día material, les ayudo a ser felices y poder juntos estar.

Quiero creer, que el 14 de Febrero existe por esto, para darle el valor a quienes no lo tienen de amar, de romper los hielos y dar un beso, porque todo beso en este día tiene un sabor especial.